La iglesia de la Santísima Trinidad de San Pedro del Pinatar se llenó de fieles en la ordenación sacerdotal de Francisco Armando de Jesús Mercedes Pichardo, Pablo Martínez García y Pedro Fernández López.
«Nuestra alegría es el servicio a los hermanos y hemos sido llamados para dar fruto». Con estas palabras el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, animaba a los tres candidatos al Orden Sacerdotal, durante la homilía de la ordenación de Francisco Armando de Jesús Mercedes Pichardo, Pablo Martínez García y Pedro Fernández López, la mañana del sábado, en la iglesia de la Santísima Trinidad de San Pedro del Pinatar. «Acoger en lo hondo de vuestro ser la decisión del Señor… Él os ha escogido por cómo sois y lo que sois, con vuestras virtudes y defectos».
En el templo, presidido por una pintura del iniciador del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, se dieron cita familia, amigos y feligreses de las comunidades de origen y de las parroquias en las que han servido como diáconos los tres neopresbíteros. Además, entre los asistentes se encontraba el arzobispo emérito de Burgos, Mons. Francisco Gil Hellín, que acompañó al obispo junto a un numeroso grupo de sacerdotes; los seminaristas de los seminarios diocesanos menor de San José, y mayores de San Fulgencio y Redemptoris Mater, acompañados de sus rectores y formadores; así como Nicanor Martínez, responsable de la zona de Levante del Camino Neocatecumenal.
Durante la celebración, Mons. Lorca exhortó a los ya tres nuevos presbíteros a trabajar y «a poner en valor los talentos» que cada uno tiene. Asimismo, les recordó que el sacerdote debe ser alegre: «Nuestra alegría es el servicio a los hermanos y hemos sido llamados para dar fruto. Habéis sido llamados para llenar vuestra vida y la de los demás de mucho sentido (…), para ser apóstoles de la alegría». Recordándoles, en todo momento, que su llamada es, en definitiva, para «ser santos en el ejercicio del ministerio» y para «servir al pueblo».
Antes de terminar la celebración, Francisco Armando de Jesús Mercedes Pichardo dio las gracias, en nombre de los nuevos presbíteros, a sus padres, por darles «en herencia el don de la fe»; a los familiares, catequistas y comunidades en las que caminan y con las que comparten «el itinerario de vida cristiana»; además de a sacerdotes, fieles y seminaristas. «Empezamos una nueva etapa en la que somos conscientes de que seguiremos necesitando de vuestra ayuda», dijo.
El obispo les entregó los destinos a los que irán como vicarios parroquiales, que coinciden con los que han tenido como diáconos: Francisco Armando irá a Santiago el Mayor de Totana, Pablo a San Francisco Javier de Murcia y Pedro a San Andrés Apóstol y San Antonio de Padua de Mazarrón.
